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viernes, 7 de noviembre de 2014

¿POR QUÉ NUESTROS IMAMES NO HABLAN CASTELLANO?

El pasado 1 de noviembre de 2014 tuve la ocasión de ser invitado a un seminario sobre “cómo tratar con el nuevo musulmán” para impartir una conferencia sobre “las necesidades del nuevo musulmán”.
En esa conferencia expuse las necesidades que precisa y necesita la persona que accede al Islam.
De entre las cosas que expuse, hablé sobre las carencias que las comunidades islámicas, en general, adolecen respecto al trato que ofrecen al nuevo musulmán, como nuevo creyente en la comunidad, y las atenciones que debería recibir.
Sin embargo, el primer punto sobre el que quise hacer hincapié fue el tema de la lengua o el idioma.  
Intenté exponer, con tacto y respeto, la gran negligencia que existe por parte de los imames en nuestro país sobre el ilógico e infundamentado desinterés de los imames en cuanto a que aprendan el español/castellano.
Expuse, que no era de recibo que alguien que se dice ser cabeza de una comunidad e, incluso, representante del din del Islam, no sepa hablar el idioma del lugar y, así, los imames realmente formados devengan auténticas referencias del Islam para TODOS y no únicamente para una parte de la comunidad musulmana.
Dije lo siguiente (lo expuse en árabe, para que se enterasen todos los allí presentes):
“¿Cómo queremos dar a conocer el Islam, no sólo al nuevo musulmán sino al resto de la sociedad, si aquel que se supone que es el más preparado y mejor conocedor del Islam no domina la herramienta que le haría posible transmitir el Islam de manera directa y segura? ¿Cómo podemos proclamarnos imames o ulemas de la comunidad musulmana española sin saber ni dominar el español/castellano? ¿No nos damos cuenta que somos responsables a los ojos de Al·lâh? De nada nos sirve tener un erudito en las ciencias del Islam si, por motivos de idioma – algo que es lo fundamental en la comunicación más básica – se ve limitado y sólo se queda como referencia de unos musulmanes y no de otros.   

Sinceramente, no llego a comprender por qué los imames no son conscientes de la radical importancia que supone dominar el idioma del lugar, ya que no sólo estamos hablando del nuevo musulmán o de los musulmanes que no son araboparlantes, sino el idioma de las nuevas generaciones de musulmanes de nuestro país; de los jóvenes que, en un futuro no muy lejano, serán los portadores del mensaje del Islam.
Tal vez, desgraciadamente, y como algunos musulmanes me han comentado, muchos imames ya hayan decidido hace tiempo no aprender español, pues, simple y llanamente, no ven la utilidad de hacerlo, ya que la propia comunidad o, más concretamente, los dirigentes de las mezquitas y asociaciones islámicas, tampoco se los exigen.
Realmente, este es un hecho que demuestra la poca o nula visión que tienen la inmensa mayoría de los imames en nuestro país respecto a lo que representa la comunidad musulmana en su totalidad. Pero, desgraciadamente, el factor transcultural tiene un gran peso y una tremenda y negativa repercusión en estos imames.
Algo que, además, indica el poco respeto y amor que pueden tener para con los nuevos musulmanes, los jóvenes musulmanes y el resto de sociedad que espera recibir el mensaje del Islam.
No digo que los imames estén obligados a todo, pues ello es imposible, pero es de suponer, que ellos son la referencia y la fuente de donde los musulmanes pueden y deben tomar el conocimiento auténtico de su din. ¿Por qué, entonces, se empeñan en no aprender el idioma que abriría al Islam – que no a ellos – la posibilidad de ser conocido de manera correcta en todos los niveles y estamentos de la sociedad?
Con este posicionamiento, estos imames quedan como predicadores de aquellos que entienden el árabe, no ya de los árabes; un din para araboparlantes.
¿Cómo es posible – y así se ha dado y sigue dándose – que el imam realice un sermón en árabe cuando en una mezquita el 75 u 80 por ciento de quienes están escuchándole no entienden el árabe, pues son musulmanes de origen pakistaní, subsahariano o de otro lugar del mundo?
¿Qué papel quieren desempeñar realmente estos imames?
Lo que sí es cierto, es que no tienen el fundamento moral como para exigir a otras personas esfuerzo intelectual cuando, ellos, como responsables y cabezas de toda la comunidad de creyentes no son capaces de aprender lo más básico que se le exige a una persona que se dice y es responsable en la transmisión de una revelación divina y que, además, lo es ante Al·lâh.
Por otro lado, los dirigentes de las mezquitas y asociaciones islámicas también tienen una grandísima parte de culpa y responsabilidad, ya que ellos son quienes deberían dar pautas y directrices a los imames y trabajar con ellos conjuntamente, en base a que ellos son personas – en muchísimos casos – que llevan bastantes años viviendo en nuestro país y, se entiende, que tienen un conocimiento del medio correcto y cuáles son las necesidades reales de la comunidad musulmana de cada lugar.
No se puede traer imames sin que éstos reciban una serie de pautas y directrices sobre las necesidades que tienen TODOS los miembros de la comunidad. Si no se hace, ello significa que quienes dirigen las mezquitas adolecen de falta de consciencia de dos puntos principales:
-         La falta de consciencia sobre las necesidades REALES de TODOS los miembros de la comunidad de creyentes musulmanes.
-         O, simplemente – algo más penoso y denunciable – es su pasotismo y su apatía; hecho que, en muchas ocasiones, es realmente palpable e insultante.

Reflexionemos sobre el siguiente punto que a todos nos afecta:
¿Cuántos jóvenes no acuden a las mezquitas y a las asociaciones islámicas al no encontrar quienes les transmitan el mensaje del Islam en la lengua que dominan? ¿Acaso no nos damos cuenta de ello? Luego no podemos quejarnos de la ausencia de jóvenes en las mezquitas, pues, nosotros, somos los culpables de no aportarles el alimento tanto intelectual como espiritual que necesitan para ir formando y conformando su identidad islámica. Pero, lo más triste, es que nuestros jóvenes, por general, no tienen ni una idea correcta y global de lo que el mensaje del Islam transmite ni de lo que significa ser musulmán. ¿Cómo, entonces, queremos exigirles nosotros como tutores, ahora o en un futuro, algo para lo que no han sido preparados y de lo que no han oído escuchar nada nunca?

Le pido a Al·lâh que nos ayude a TODOS a ser conscientes de nuestra realidad y de nuestras carencias y, así, podamos arreglarlas y reformarlas para el bien de todos nosotros y de nuestra comunidad. 

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